Inolvidables

LeMond, tricampeón del Tour de Francia

El reciente 26 de junio el norteamericano Gregory James «Greg» LeMond, nacido en Lakewood, California, cumplió 64 años, y en nuestra sección “Inolvidables” recordamos a esta gran figura del ciclismo mundial.

A los 20 años fue tercero en el Criterium Du Dauphiné; luego, con 22 años, lo ganó; y con 23 años fue tercero de la Grande Boucle; a los 24, fue subcampeón, detrás del “monstruo” Bernard Hinault; y finalmente, a los 25 años conquistó su primer Tour, derrotando a Hinault, convirtiéndose en el primer ciclista profesional no europeo en imponerse el Tour de Francia, y es el único estadounidense que lo ha ganado.

No pudo defender su título en Francia en 1987 y tampoco corrió en 1988, aunque participó en algunas carreras, pero por las heridas causadas por varios perdigones de un disparo accidental mientras cazaba, no tuvo un regreso destacado.

Volvió a ganar el Tour de Francia en 1989 de manera sobresaliente al ganar la contra reloj de 24,5 km desde Versalles hasta los Campos Elíseos, la última etapa, derrotando al francés Laurent Fignon que se consideraba con la ventaja suficiente para llevarse el triunfo. LeMond al año siguiente, 1990, obtiene su tercer triunfo, que lo deja como uno de los únicos nueve ciclistas que han ganado tres o más Tours.

Pero su éxito como ciclista va más allá, fue dos veces subcampeón del mundo de ruta, (1982 con 21 años, y en 1985; pero se vistió de arco iris en 1983, con 22 años, y repitió título en 1989). Su participación en el Giro de Italia le dejó un tercer lugar en 1985 y después, cuarto en 1986.

LeMond sufrió por su postura antidopaje, en 2001, cuando acusó por primera vez a Lance Armstrong de dopaje y creó un conflicto que finalmente llevó a la disolución de su marca LeMond Bikes en 2008, que estaba licenciada por el principal patrocinador de Armstrong, Trek Bicycles.

El norteamericano ahora también es empresario y defensor de la lucha antidopaje. Sin lugar a duda un gran corredor e innovador de este deporte.

Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. (Salmo 56:3)